El aceite de oliva es uno de los productos más emblemáticos y apreciados de la gastronomía española. Sin embargo, su precio ha experimentado una gran variabilidad en los últimos años, debido a diversos factores que afectan tanto a la oferta como a la demanda.
Según datos del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, el precio medio del aceite de oliva virgen extra en origen se situó en 3,64 euros por kilogramo en la semana del 31 de enero al 6 de febrero de 2023, lo que supone un aumento del 13% respecto al mismo periodo del año anterior. Por su parte, el aceite de oliva virgen se cotizó a 3,36 euros por kilogramo y el aceite de oliva lampante a 3,18 euros por kilogramo.
Estos precios reflejan una tendencia alcista que se viene observando desde mediados de 2022, cuando el mercado empezó a recuperarse tras una campaña marcada por la escasez y la baja calidad de la producción debido a las condiciones climáticas adversas y las plagas que afectaron al olivar español. Según el portal PrecioAceitedeOliva.net, en los últimos cinco meses el precio del aceite de oliva en España ha aumentado un promedio del 37,93% respecto a los mismos meses del año anterior.
Entre las causas que explican este repunte se encuentran la menor oferta mundial por las malas cosechas en otros países productores como Italia o Túnez, el aumento de la demanda interna y externa impulsada por la recuperación económica tras la pandemia y el reconocimiento de las propiedades saludables del aceite de oliva frente al covid-19, y la especulación de algunos agentes que aprovechan la situación para inflar los precios.
Sin embargo, esta situación no beneficia por igual a todos los eslabones de la cadena. Mientras que los productores ven recompensado su esfuerzo con unos precios más justos que cubren sus costes y les permiten obtener un margen razonable, los consumidores tienen que hacer frente a un encarecimiento del producto final que puede limitar su acceso o reducir su consumo. Según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), el precio medio del aceite de oliva virgen extra envasado subió un 9% interanual en diciembre de 2022.
Ante esta situación, algunos expertos recomiendan apostar por una mayor transparencia e información sobre el origen y la calidad del aceite que se comercializa, así como fomentar el consumo responsable y sostenible entre los ciudadanos. Asimismo, abogan por impulsar medidas que favorezcan una mayor competitividad y eficiencia en el sector oleícola español, como mejorar las infraestructuras y la logística, incentivar la innovación y la digitalización o potenciar las denominaciones de origen y las marcas colectivas.